A lo largo de mi vida me han inspirado muchas mujeres exitosas. Empresarias, ejecutivas, gerentas, presidentas o directoras de empresas, profesionales expertas en lo suyo o dedicadas por completo a sus familias. Son mujeres que han alcanzado distintos niveles de reconocimiento en el país o en el mundo por sus contribuciones. Y aunque no las conozco personalmente a todas, ellas comparten características, actitudes y conductas que he observado y analizado con detenimiento. Comparto algunas de ellas:
Saben claramente lo que quieren lograr en sus vidas y se esfuerzan mucho para conseguirlo. Sus metas y objetivos son ambiciosos, a veces sorprendentemente ambiciosos.
Son audaces a la hora de tomar decisiones y asumir riesgos calculados. Se atreven a desafiar normas, costumbres y paradigmas culturales o sociales para conseguir lo que quieren lograr.
Son firmes negociadoras, especialmente por lo que está relacionado con el desarrollo de sus carreras. No ceden fácilmente ni se intimidan frente a quienes tienen estilos amenazantes, especialmente cuando se trata de pedir más responsabilidades o de pelear por sus derechos.
Son femeninas y saben ser cálidas, pero no por eso dejan de ser firmes cuando deben decir que no. Jamás son apocadas ni temen ser estereotipadas como inflexibles cuando deben poner límites muy asertivamente.
La ética y la corrección son sus banderas y saben luchar por sus valores aunque eso las haga menos populares con quienes tienen la moral elástica.
Saben usar el humor, especialmente cuando están en ambientes predominantemente masculinos.
No se victimizan jamás. Más bien son luchadoras que valientemente se hacen cargo de las situaciones, de su gente o familia, -aunque aveces tienden a ser sobreprotectoras o excesivamente comprometidas, pagando un alto costo personal por ello-.
Jamás son invisibles, sino más bien se preocupan por hacerse notar. Tienen la buena presencia que dan la seguridad, la personalidad y el paso firme.
Cuidan su imagen y apariencia. Saben que deben invertir en vestirse con elegancia y modernidad sobre todo cuando se mueven en ambientes donde los hombres usan saco y corbata.
Son muy lúcidas y estratégicas para entender los contextos políticos de los lugares donde se mueven. Tienen excelentes redes de contactos relacionados al foco de sus carreras. Participan activamente en gremios y asociaciones buscando liderarlos cuando es oportuno hacerlo.
Mantienen vigentes sus relaciones con amigos de distintas épocas de su vida sin descuidar esas relaciones independientemente del éxito que cada quien va alcanzando.
Tienen mentores con distintas perspectivas y valoran su relación con ellos.
Se mantienen vigentes y competitivas leyendo, tomando cursos, viajando a congresos y desarrollando su potencial a niveles internacionales, sin importar su edad.
No caen en la trampa de las culpas por no estar más tiempo con su familia o por descuidar sus carreras de estarlo. Saben dónde deben estar según las circunstancias y el momento. A veces también se equivocan pero no se flagelan por eso.
Saben escoger bien las organizaciones donde trabajan y no se desgastan en lugares que dan poco espacio a la flexibilidad, que no valoran la diversidad o que no las valoran a ellas. Saben renunciar con clase.
Las mujeres que aquí he descrito se atreven a ser quienes ellas quieren ser, soñando siempre en grande. ¡Por eso las admiro tanto!
*FIRMES No ceden fácilmente ni se intimidan frente a quienes tienen estilos amenazantes.
*LUCHADORAS La ética y la corrección son sus banderas y saben luchar por sus valores.
Por Inés Temple
Fuente Diario El Comercio
Juliana Ramírez
UNMSM
cTSp 10001
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