Por: Lic. Fabiola Rojas Larios
Universidad de Colima
La educación del siglo XXI, se ha preocupado por conducir y aprovechar las nuevas habilidades con las que ya cuentan los niños y jóvenes de la generación net para formar educandos de una manera diferente, haciendo uso de los recursos tecnológicos con los que cuenta el mundo actual y empleando estrategias constructivistas. Estas innovaciones en el contexto escolar han provocado modificaciones en la interacción entre estudiantes y docentes y por consecuencia han generado el surgimiento de nuevas formas de trabajar en el aula.
Con esta visión, el presente trabajo tiene como propósito dar a conocer una de las nuevas estrategias didácticas constructivista comúnmente usadas en las aulas del s. XXI: aprendizaje cooperativo; lo cual permitirá proporcionar una aproximación de cómo esta propuesta didáctica se aplicaría utilizando el uso de las TIC para crear nuevos ambientes de aprendizaje.
Es común escuchar en el discurso educativo que la nueva tendencia de la educación debe estar dirigida en un modelo centrado en el aprendizaje, que en otras palabras sería un paradigma constructivista. Sin embargo, el hablar del constructivismo es un tema tan amplio y polémico del cual se derivan diferentes concepciones de acuerdo al autor que se retome.
No obstante, cualquiera que sea el autor -Piaget, Vigostsky, Ausubel- comparten el principio de la importancia de la actividad mental constructiva del alumno en la realización de los aprendizajes escolares (Díaz, 2006), es decir la escuela debe promover en los estudiantes las competencias necesarias para que éstos construyan sus conocimientos a partir de las experiencias y saberes previos y la enseñanza como ayuda a este proceso de construcción.
Con esta idea aparece la importancia de los mecanismo de influencia educativa (externos o sociales) que ayudan de andamiaje en la construcción del aprendizaje, pues el educando en ocasiones no aprende en solitario y necesita de la ayuda externa para entender mejor algún contenido y le encuentre un significado. A partir de esta ayuda, surge el valor de integrar en la didáctica actual la implementación del aprendizaje cooperativo, cuyo origen pedagógico está basado en la corriente constructivista.
Para definir qué es el aprendizaje cooperativo, es necesario retomar la palabra “grupo”, entendiéndose por ésta una colección de personas que interactúan entre sí y que ejercen una influencia recíproca (Schmuck, 2001; en Díaz, 2006). Con esto no quiere decir que el aprendizaje cooperativo es un aprendizaje grupal, porque frecuentemente como profesores podemos caer en el error que estamos aplicando en nuestras aulas un aprendizaje cooperativo cuando no lo es.
Por tanto, no es aprendizaje cooperativo el hecho de colocar a los estudiantes en grupo y decirles que trabajen juntos, ya que esto no significa que los estudiantes deseen o sepan cooperar de manera recíproca para lograr una meta en común; pues con esta forma de trabajo frecuentemente los integrantes del equipo se suele fragmentar el trabajo y generalmente los que realizan dicha tarea son sólo dos o tres y no todo el equipo. Para evitar caer en esta idea equivoca es necesario explicar que un aprendizaje cooperativo es el empleo didáctico de grupos reducidos en los que los alumnos trabajan juntos para maximizar su propio aprendizaje y el de los demás (Johnson, 1999; en Díaz, 2006), de manera que cooperar es trabajar juntos para lograr metas compartidas.
Según Frida Díaz (2006) un equipo cooperativo:
“…trabaja junto hasta que todos los miembros del grupo hayan entendido y complementado la actividad con éxito, de tal forma que la responsabilidad y el compromiso con la tarea son compartidos” (p.107)
Componentes del aprendizaje cooperativo y su vínculo con las TIC
En el aprendizaje cooperativo, el trabajo en grupos es la piedra angular de estas formas de trabajo. Johnson y Holubec (1999) identifican tres tipos de grupos de aprendizaje cooperativo para emplearse en el contexto escolar siendo éstos: grupos formales, grupos informales y los de base. La diferencia entre estos grupos es el tiempo de permanencia de los integrantes del equipo para trabajar juntos y la finalidad de la actividad –tarea o proyecto- para la cual se decidió que se constituyeran de tal manera.
Para el éxito del aprendizaje cooperativo es necesario considerar cinco componentes: la interdependencia positiva, la interacción promocional cara a cara, responsabilidad y valoración personal, habilidades interpersonales y de manejo de pequeños grupos y procesamiento en grupo (Díaz, 2006). De estos componentes, el que podría salirse de los esquemas que se tiene para implementar una educación donde se empleé las TIC, sería la interacción cara a cara, con esto se podría suponer que dicha metodología es imposible utilizarla porque implica una interacción directa con las personas.
Esta oposición sería una visión pesimista al cambio, ya que de acuerdo con Pérez (2000) aunque el medio no hace la interacción, es posible generar interacciones significativas y ambientes sociales apropiados en la enseñanza en línea.
Con este aspecto retomo otro del ejes de dicho ensayo, que es poder implementar el aprendizaje cooperativo como didáctica para el empleo de las TIC y la creación de nuevos ambientes de aprendizaje.
Si bien es cierto, en el aprendizaje cooperativo es necesario la interactividad e interacción; esto no implica que el tipo de interacción no se pueda ejercer a través del uso de las tecnologías, pues actualmente vemos que existen varias redes entre las universidades de distinto países que permiten intercambios de información pero también nuevos vínculos para realizar proyectos en conjunto.
Además para la generación net, quien emplean las TIC como una forma de comunicación y relación social donde en ocasiones su mejor aliado y amigo es la computadora porque a través de ésta puede realizar vínculos amistosos con otros jóvenes sin importar la zona geográfica.
Si esto es posible entre los jóvenes y las universidades, entonces ¿cómo lograr que con las TIC se pueda generar aprendizaje cooperativos en un contexto escolar?
Para ello puede ser muy efectivo la enseñanza en línea de donde se use: foros de discusión, los blogs, los wikis para conformar de manera conjunta algún proyecto, los intercambios comunicativos vía correo electrónico o chats que nos permite estar en contacto a cualquier hora y lugar, además de ser un recursos para el intercambio información y asesoría.
CONCLUSIÓN
El emplear el aprendizaje cooperativo en las aulas o a través de la tecnología implica una formar distinta de ver a los estudiantes y al profesor, porque ahora la misión de educador es crear las condiciones de trabajo que permitan al alumno desarrollar sus aptitudes (Pansza, 2001); mientras que el alumno tiene papel activo y creador de su propio aprendizaje.
Esta estrategia didáctica que poco a poco debemos asumir los agentes educativos del proceso enseñanza-aprendizaje, favorece el desarrollo de los estudiantes porque ayuda a: aumentar su aprovechamiento, construir relaciones positivas entre ellos, trabajar en equipo, impulsar la creatividad, mejorar sus habilidades comunicativas y de análisis.
FUENTES DE INFORMACIÓN CONSULTADAS
Castillo, J. (s/f) Aprendizajes en entornos colaborativos: interacción paso a paso. Recuperado el 15 de febrero de 2007 en:
http://www.fod.ac.cr/Vcongreso/Documentos/Ponencias/Ponencia-Jose.doc.
Pansza, M. (2001). Fundamentación de la didáctica. Volumen 1. México: Gernika.
Díaz, F. (2006) Estrategias docentes para un aprendizaje significativo: una interpretación constructivista. México: McGraw Hill.
Ferreiro, R. (2005). Las interacciones sociales para aprender. Revista ROMPAN FILAS No. 79. Págs. 35 - 41
Falieres, N. (2004) Cómo enseñar con las nuevas tecnologías en la escuela de hoy: para docentes de educación básica. Vol. 1. Colombia: REYMO
Juliana Ramírez
TS - UNMSM
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